Inteligencia emocional-autocontrol

Inteligencia emocional


Los estudiantes del siglo XXI necesitan más ser que saber, partiendo de la base de que para ser es necesario saber. Saber elegir de forma autónoma y responsable, saber pensar de forma crítica a la vez que creativa y disciplinada. Saber trabajar en equipo. Saber seleccionar la información y hacer que el conocimiento se convierta en sabiduría. Delors nos indica: “saber ser, saber estar, saber hacer y saber convivir. En definitiva consiste en aprender a y no acerca de”.
Deben entrenar habilidades y hábitos como la persistencia, el control de la impulsividad, el compromiso, la escucha y la resiliencia (para aprender de los fracasos).
El estudiante del siglo XXI debe entrenar en los secretos de las relaciones humanas, para lo que entrenará o deberá entrenar su propio autoconocimiento, autocontrol y autogestión. Debe dominar las técnicas de la comunicación, el manejo de la tecnología de forma crítica y el asentamiento de los valores básicos que le ayudarán durante toda su vida a asumir los fracasos, celebrar y cuidar los éxitos, disfrutar de los demás y ser los suficientemente flexible para que desde la adaptación pueda hacer de los cambios una fortaleza.
Tomado de: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/mar-romera-la-escuela-que-quiero/103437.html?fbclid=IwAR0boijj7zwvhtNFIa2vvImMZX6CEWdRH5ZS-disqoNTk0GqNfsb3BG2xrI



ALGUNAS EMOCIONES Y SENTIMIENTOS: 


El miedo (Video animado)



LA PROCASTINACIÓN Y SU RELACIÓN CON LA ANSIEDAD

Cómo enfrentar la procrastinación







EJERCICIOS PARA ENCONTRAR FORTALEZA Y SERENIDAD

Meditación de la montaña

El abrazo



MANEJO DE LAS EMOCIONES






Recursos-educacion-emocional

Para padres:

La sobreprotección y la inteligencia emocional


Para todos:

El mensajero de las emociones: Una fábula sobre el autocontrol emocional.

Todas las personas tenemos en nuestro interior una casa, donde vivimos en lo alto de una montaña. A esta casa, después de una larga travesía subiendo por un empedrado camino, llega un mensajero cada cierto tiempo.
Trae cajas de dos colores, azules y rojas. Cuando llama a la puerta, miramos por la mirilla y le vemos al otro lado con su gorrilla de mensajero y su bigote negro. Cuando observamos que lleva paquetes azules, le abrimos enseguida, ya que cuando los abrimos, sabemos que dentro veremos regalos de los que nos gusta tener. En el interior de las cajas azules encontramos alegría, seguridad, tranquilidad, cariño, esperanza… Nos encanta recibir estos paquetes azules, abrirlos y entender por qué los hemos recibido.
Pero en ocasiones, cuando suena el timbre, nos asomamos por la mirilla y nos encontramos con el señor mensajero, cansado como siempre tras el empedrado camino, pero esta vez trayendo paquetes rojos.
Nada más ver el color rojo, muy lentamente cerramos la mirilla y nos quedamos en silencio para que se crea que no hay nadie y se vaya con sus cajas. A veces conseguimos engañarle y se va, frustrado, bajando la montaña de nuevo sabiendo que antes o después tendrá que volver a repetir el camino con los mismos paquetes. Respiramos tranquilos por no tener que abrir esos paquetes rojos que suelen traer dentro inseguridad, frustración, incapacidad, miedo o tristeza.
Hay temporadas en las que el mensajero sube todos los días, incluso varias veces, con varios paquetes de los rojos. Él sabe que estamos dentro de la casa, y que lo que ocurre es que no queremos abrirle. El mensajero sólo quiere cumplir con su trabajo, hacer su entrega para que nosotros veamos lo que hay dentro y lo aprovechemos. Pero nosotros muchas veces seguimos en silencio sin querer abrir la puerta: “Ya le abriremos cuando traiga más paquetes de los azules…”.
En estas temporadas el mensajero en ocasiones se enfada, y comienza a lanzar los paquetes por la ventana hasta que la rompe y nos obliga a quedarnos con el paquete aunque no queramos abrirlo. Cuando hace esto, nos asustamos ansiosamente, siempre alerta de si volará un nuevo paquete en cada momento, y nos enfurecemos y reaccionamos con ira: ¡¡Otra ventana rota por el maldito mensajero!!.
A veces nos quedamos en ese estado ansioso e irritable, y ni siquiera abrimos los paquetes que vuelan por la ventana para entender por fin qué hay dentro. Otras veces el mensajero es más astuto, y para que lo abramos, pone un envoltorio azul encima de uno rojo. Así consigue que le recibamos y abramos el paquete, y nos quede la duda de si el mensaje es de los que nos gustan o no. Cuando finalmente descubrimos el mensaje rojo, nos frustramos y inunda una terrible decepción. Nos invade la apatía y ya no queremos ni abrir los paquetes azules: “Total… al final siempre sale un mensaje rojo…”
Evitación en el autocontrol emocionalCuando el mensajero está muy muy enfadado por sus viajes infructuosos, se da por vencido y abatido, deja los paquetes rojos al lado de la casa. Según van pasando los días los paquetes se van acumulando unos encima de otros hasta tapar las ventanas ¡o incluso la puerta!.
Nosotros nos desesperamos: “¿Cómo voy a vivir feliz” si ya no puedo salir a la calle sin encontrarme paquetes rojos, llenos de tristeza, ira y miedo?. ¡Y al quedarme en casa, en ella ya está todo gris, triste… pues las ventanas están tapadas por tantos paquetes!”
En ese momento lo más importante es recordar que el mensajero sólo hace su trabajo para ayudarnos. Que lo único que podemos hacer es volver a recibirle cuando llegue, saludarle y darle la bienvenida. Ir cogiendo los paquetes uno a uno y ver lo que hay dentro, hasta desmontar la torre de paquetes y volver a tener las ventanas y las puertas libres: que vuelva a entrar el aire y la luz del día.
Cuando veamos que la tristeza y el miedo, la incapacidad o la frustración son envíos que podemos aprovechar, igual que los de los paquetes azules, para ir cambiando aspectos de nuestra vida, podremos volver a salir al jardín de nuestra casa a disfrutar del día , deseosos de las habituales visitas de nuestro mensajero.


CUIDAR NUESTROS PENSAMIENTOS, ES SER INTELIGENTE EMOCIONALMENTE

Fecha: 26 de abril de 2021

Muchas veces no nos damos cuenta de los muchos de los pensamientos que nos manejan, nos levantamos y se nos viene a la mente que no nos merecemos tener un buen día, una buena semana, incluso que no merecemos la vida que tenemos. Todo lo anterior conlleva a que busquemos los medios para hacer realidad eso que pensamos y saboteemos nuestro momento presente.

De ahí que es muy  importante ser conscientes, de aquellos pensamientos que  dirigen a nuestras emociones a la depresión, la ansiedad y todos aquellos sentimientos que nos coartan el hecho de disfrutar el presente. Los pensamientos  nos dirigirán al control o al descontrol, esto es bien sabido desde tiempo antiguo en el libro de los proverbios: " Ante todo, cuida tus pensamientos porque ellos controlan tu vida" Proverbios 4, 23

Preguntémonos entonces: ¿Qué tipo de pensamientos predominan en mi vida? , ¿Con que pensamiento me levanto? ¿Cuestiono aquellos pensamientos que me llevan a la ansiedad? ¿Con que estoy alimentando mi mente? ¿Qué tipo de música, programas de televisión, lecturas veo y escucho? ¿Qué tipo de conversaciones predominan en mi diario vivir?

Reflexionemos el tipo de emociones que tengo y el tipo de acciones que realizo, para indagar el tipo de pensamiento que tengo. El pensamiento llevará a la emoción y esta conducirá a la acción. Cuidemos nuestros pensamientos para desarrollar la inteligencia emocional, vital en nuestras vidas.

Elaborado por el docente: César Oswaldo Rodríguez
correo: cesar.rodriguez@liceointegrado.edu.co 










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